THE CLUB
Lejos de la ajetreada vida que proporciona las mañanas en una gran ciudad, se descalzó
los zapatos mientras masajeaba suavemente y con placer su pie derecho.
Pensó en acudir a ese punto de encuentro de solitarios, divorciadas y canallas…
Un baño reconfortante a la luz de las velas, mientras el olor a Pachulí del incienso,
penetraba en sus cinco sentidos.
Traje de noche, zapatos de tacón, bolso de mano y bisutería barata para la ocasión…
Atravesó la urbe que a eso de la una de la madrugada parecía desconocida, y entre
las luces de neón de la publicidad competitiva y organizada, guió sus pasos al
Midnight Club.
Alfombra roja y seguridad para Lola.
Luz tenue y humo de tabaco animaban el ambiente.
Fauna nocturna, club de desamparados, güisqui y sifón…
Al fondo, un piano amaestrado por esas manos que seducían con su movimiento.
La chica de color, entonaba el mítico Bagdad Café, y uniones efímeras que acabarían
con el cigarrillo de después, empezaban a florecer.
El show iba a comenzar y el ambiente cada vez era más cálido, más acogedor.
Alguien rozó su espalda y sin pensarlo decidió colgarse de la madrugada…
La boca del metro fue testigo de esa madrugada de pasión y crueldad.
Sin quererlo, se vio obligada a encender el cigarro del después, empapada en el
sudor y en las babas malolientes de aquel sucio villano, que con mil palabras,
hizo que esa noche vendiese a precio de costo, su alma al diablo…
viernes, 20 de mayo de 2011
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